
Lars von Trier (1956- ), director de cine danés considerado como el cineasta de mayor talento de su país desde Carl Theodor Dreyer.
Nació el 30 de abril de 1956 en Copenhague, donde asistió a la Escuela Superior de Cinematografía. En 1982 terminó sus estudios con la película Befrielsesbilleder (1982). Tras más de 40 cintas de carácter comercial, en 1984 dirigió El elemento del crimen, que lo dio a conocer internacionalmente y a la que seguiría Epidemic (1987) como segunda parte de una trilogía que concluyó con Europa (1991, con Barbara Sukowa). Esta película, perturbadora y ambiciosa tanto por su estética como por su temática, que transcurre en la Alemania aniquilada de la posguerra, fue distinguida con varios galardones, entre ellos el premio especial del jurado del Festival de Cine de Cannes. En la serie de televisión experimental Riget (1994), de 280 minutos de duración, traza una historia surrealista que se desarrolla en un hospital y utiliza elementos de cine de terror.
Trier logró el salto a la fama internacional en 1996 gracias al melodrama de tres horas de duración Rompiendo las olas (1995), en el que se narra el extraordinario amor de una mujer profundamente creyente por su marido. Más tarde realizó Los idiotas (1998), película adscrita al movimiento Dogma, y Dogville (2003), interpretada por Nicole Kidman, inicio de una trilogía dedicada a los Estados Unidos, que continuó con Manderlay en 2004. A lo largo de su carrera ha sido distinguido con multitud de premios europeos, entre ellos la Palma de Oro del Festival de Cannes por el drama musical Bailar en la oscuridad (2000), protagonizado por la cantante islandesa Björk.
Trier es un miembro destacado del movimiento Dogma, que fue creado en Copenhague en la primavera de 1995. Su manifiesto fue firmado por el propio Trier, además de por Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Søren Kragh-Jacobsen: todos ellos pretenden realizar películas sin modificaciones de posproducción, atendiendo a una serie de reglas que ellos mismos denominaron “voto de castidad”. Según esto, el rodaje debe desarrollarse solo en exteriores, la cámara ha de sostenerse con la mano, el sonido se producirá a la vez que las imágenes, el formato debe ser siempre de 35 mm, y se prohíben los filtros, los trucajes, los cambios temporales o geográficos y las películas de género. Además, el director no puede aparecer en los títulos de crédito, puesto que no está considerado como un artista, absteniéndose, por lo tanto, de cualquier gusto personal. De este modo, se pretende luchar contra el concepto de autor en el cine (heredado del pensamiento burgués) y la ilusión en el celuloide, presentándose así el manifiesto como un acto de sabotaje. [Fuente: Microsoft Encarta, 2009]