
Direktøren for det hele (The Boss of It All)
| 2006 | 100 min. | Dinamarca
| 2006 | 100 min. | Dinamarca
| DIRECTOR Lars von Trier
| GUIÓN Lars von Trier
| FOTOGRAFÍA Lars von Trier
| REPARTO Jens Albinus, Peter Gantzler, Louise Mieritz, Iben Hjejle, Mia Lyhne, Henrik Prip, Casper Christensen
| PRODUCTORA Coproducción Dinamarca-Suecia-Francia; Zentropa
| GUIÓN Lars von Trier
| FOTOGRAFÍA Lars von Trier
| REPARTO Jens Albinus, Peter Gantzler, Louise Mieritz, Iben Hjejle, Mia Lyhne, Henrik Prip, Casper Christensen
| PRODUCTORA Coproducción Dinamarca-Suecia-Francia; Zentropa
Valoración: 8
I.
Ravn, el dueño de una empresa firma un contrato con Kristoffer (un actor de paro) para que éste interprete un ficticio jefe superior, que reside en el extranjero, y que fue durante muchos años la cabeza de la organización de la empresa, que está a punto de ser vendida.
El engaño hacia los empleados fue concebido originalmente para escudarse tras la figura de "El jefe de todo esto" cada vez que el verdadero dueño lo precisaba.
II.
El jefe de todo esto es una comedia.
Lars von Trier interviene tres veces: al principio, hace una presentación general sobre una "comedia ligera", durante la película, para presentar un personaje y al final, para despedirse.
Si bien muchas reglas Dogme están presentes, la película no está inscripta en ellas, pero sí se filmado bajo las reglas de Automavisión.
III
Expongo una cita de la gente que está más habituada la crítica:
Surrealismo y sadismo se dan la mano en el intenso humor de El jefe de todo esto, una propuesta que, sólo en apariencia, rompe con la línea dramática de las obras previas de Von Trier. [...] De principio a fin, El jefe de todo esto , se elabora en tono de comedia. No obstante, la opción tomada por Von Trier no deja, de ningún modo, lugar a error. Se trata de una dura crítica no contra el sistema laboral, sino contra la hipocresía y la falsedad en las relaciones. Así pues, Ravn, el colega idolatrado, es un auténtico hijo de puta que pretende traicionar a su "familia" para su beneficio. El conjunto de trabajadores es un grupo mucho menos cohesionado de lo que parece, con personajes que tantean al supuesto jefe para obtener beneficios. Unos y otros demuestran su estupidez. Los personajes son idiotas y se merecen lo que tienen. Su destino, como el de los habitantes de Dogville y de Manderlay, lo tienen ganado a pulso. Desde el exterior, encaramado a una grúa, Dios–Lars condena, una vez más, a sus personajes. Pocos autores son tan inmisericordes con sus criaturas. [Miradas de Cine nº 61]
IV
¿Qué es la Automavisión?
En principio, la Automavisión un sistema que pretende liberar a las películas de la influencia humana y automatizar los procesos de rodaje y montaje. Ahora podemos leer algunas palabras de Lars von Trier publicadas en El País.
Según la nota citada, este nuevo sistema sirve tanto para la imagen como para el sonido, y aspira a limitar la influencia humana:“El jefe de todo esto está hecha en automavisión. No se trata de un método dogma, pero también responde de otro modo al hartazgo que sentí hace más de diez años respecto al exceso de cuidado y preciosismo en el cine. Mis primeras películas estaban muy bien preparadas. La última de esa fase mía cuidada fue Europa. A partir de ahí decidí un cambio radical de dirección: ya no estaría obsesionado por controlar la imagen, sino que adoptaría una técnica guiada por el empleo de la cámara a mano, que limita mucho el control del director. De ese modo, tú señalas con la cámara lo que quieres filmar, pero no haces encuadres. En esta nueva película intenté algo diferente a dogma y a la vez seguir prescindiendo del control de la imagen. Con automavisión, la cámara está siempre fija en el trípode, y para cada plano se escoge la mejor posición de acuerdo con el director de fotografía, y entonces se da a un botón y la cámara rueda siguiendo un programa de ordenador que te indica en cada momento lo que has de variar. La película está en 35 milímetros, un formato que no había utilizado desde Rompiendo las olas, y con una sola cámara, acoplada al automavisión; naturalmente, yo mismo podría haber hecho sin necesidad de ese programa informático encuadres malos, pero eso habría dejado ver detrás una idea personal, la mano de un director. Me gustaba que automavisión dirigiera la película más que yo. El espectador no puede leer en este caso la película al modo habitual, en el que todo lo que sucede dentro de cada plano está localizado entre dos puntos. Automavisión te obliga a estar más alerta, porque no sabes por dónde va a ir la acción en el plano siguiente. Esas decisiones del ordenador le dan frescura a la realización”. [Fuente: El País, los resaltados son nuestros]
[...] lo cual, en un director tan espiritual como Lars von Trier, podría parecer otra manera de fomentar la plegaria directa entre el público y Dios. Lo que pasa es que, en las declaraciones con las que presenta automavisión, también añade que se trata de “dejar la puerta abierta al azar”, con el fin de que cada espectador juzgue la película sin ideas preconcebidas. Por muy incrédulo que uno sea de cualquier ascetismo estético, hay que decir que con la obstinación mecánica de sus encuadres y la luz espectral, a veces rematada por un extraño halo amarillento, El jefe de todo esto adquiere una atmósfera claustrofóbica inquietante, lo que le va muy bien a la historia de pánico multinacional o terror oficinista que cuenta. Y el motivo repetido de la impresora fantasma es memorable.