
| 1987
| 82 min.
| Estados Unidos
| DIRECTOR: Woody Allen
| GUIÓN: Woody Allen
| MÚSICA: Varios
| FOTOGRAFÍA: Carlo Di Palma
| REPARTO: Mia Farrow, Dianne Weist, Sam Waterston, Denholm Elliott, Elaine Stricht, Jack Warden
| PRODUCTORA: Orion Pictures. Productores: Jack Rollins & Charles H. Joffe
Valoración: 6
September es parte de la rama de las películas dramáticas de Allen. Y no se bien por dónde empezar. Tres hombres y tres mujeres viven los últimos días en Vermont, Nueva Inglaterra. Los personajes-Allen de siempre: Lane (Mia Farrow), una mujer depresiva y problemática, que ha llegado a una antigua casa familiar en busca de una recuperación espiritual; en carácter de inquilino convive con Meter, un escritor que busca tranquilidad para terminar su novela, de quien Lane está muy enamorada; Howard, el vecino enamorado de Lane, un hombre mayor y viudo que intenta seducir a Lane, y convencerla que se quede con él; Stephanie, la gran amiga de Lane, que ha dejado a su marido y tres hijos para estar unos días a su lado, pero que coquetea con Mater hasta enamorarlo y armar quilombo; Diane, madre de Lane y dueña de un carácter sumamente temperamental y opuesto al de su hija; y Lloyd el segundo marido de ésta. Sobre el final se develará que en tormentoso pasado de Lane se incluye el asesinato del amante de su madre y un intento de suicidio.
No encuentro la fuente, pero voy a extraer unas líneas de un párrafo que encontré en una página de cine, donde se hace referencia a la admiración de Woody a Ingmar Bergman:
esta admiración a dado lugar a varios intentos de recrear el mundo estético y la profundidad psicológica que imprime el maestro sueco. Sin duda, es en Interiores donde más cerca ha estado de emular a su admirado Bergman, pero no contento con ello volvió a intentarlo en este Septiembre con resultados muy inferiores. La película adolece de una excesiva ambición, unos diálogos afectados y pretenciosos, monólogos inverosímiles y caracteres demasiado extremos como para resultar creíbles. Las relaciones entre los personajes son forzadas, en el sentido de que no se justifican bien los sentimientos que prevalecen en ellas, siendo a veces demasiado inocentes, a veces enrevesados y complejos.