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    The Thin Man (1934), de W.S. van Dyke



    The Thin Man, 1934, 89 min., Estados Unidos
    ★★★★1/2 
    DIRECTOR  W.S. van Dyke
    GUIÓN  Albert Hackett & Frances Goodrich (Novela: Dashiell Hammett)
    MÚSICA William Axt
    FOTOGRAFÍA  James Wong Howe (B&W)
    REPARTO  William Powell, Myrna Loy, Maureen O'Sullivan, Nat Pendleton, César Romero, Minna Gombell
    PRODUCTORA  MGM / Cosmopolitan Production
    PREMIOS  1934: 4 nominaciones al Oscar: Película, director, actor (William Powell), guión adaptado
    GÉNERO  Intriga
    Por Nicolás Ponisio
    El trabajo del novelista Dashiell Hammett fue llevado en más de una ocasión a la pantalla grande, siendo The Maltese Falcon su obra más recordada. El autor, y los directores encargados de adaptar sus novelas, lograban situarnos en los perfectos bajos mundos del policial negro donde el espectador toma el papel del antihéroe o detective privado, recolectando pistas y atando cabos a la par. En The Thin Man (última novela de Hammett escrita en 1934 y adaptada al cine el mismo año por W.S. Van Dyke) los elementos del género policial suman un nuevo integrante a ellos: la screwball-comedy. Es así como el autor, a través de gags y el excentricismo del matrimonio de detectives protagónico, se permite indagar y satirizar los conflictos y cotidianeidad de una relación amorosa. Explota con virtuosismo la química cínica e irónica entre William Powell y Myrna Loy (quienes alcanzaron el estrellato con estos personajes que volverían a personificar en cinco entregas más) y lo combina con una serie de asesinatos y enredos típicos del whodunit (subgénero policial en el cual el lector, o en este caso el espectador, tiene todos los indicios y elementos para resolver el crimen). Al lograr dicha combinación de manera ágil con estos dos géneros tan disímiles la película alcanza un ritmo único que nunca agota. Cuando parece que entre tantos personajes ambiguos, hechos delictivos y enigmas la trama puede perder fuerza allí entra el humor agudo. Con diálogos muy sagaces o las apariciones de Asta, el terrier de la pareja (gran revelación canina), la historia continúa entreteniendo al espectador y lo incita a la vez a querer saber más, dejándolo preparado para retomar la investigación del caso y seguir acompañando con intriga y risas a este perfecto dúo (¿o trío?) cómico.