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    Days of Heaven (1978), de Terrence Malick



    Days of Heaven, 1978, 94 min., Estados Unidos
    ★★★★★
    DIRECTOR  Terrence Malick
    GUIÓN  Terrence Malick
    MÚSICA  Ennio Morricone
    FOTOGRAFÍA  Néstor Almendros
    REPARTO  Richard Gere, Brooke Adams, Sam Shepard, Linda Manz, Robert J. Wilke, Jackie Shultis, Stuart Margolin, Timothy Scott, Gene Bell, Doug Kershaw, Richard Libertini, Frenchie Lemond
    PRODUCTORA  Paramount Pictures
    PREMIOS  1979: Cannes: Mejor director. Nominada a la Palma de Oro.
    1979: BAFTA: Premio Anthony Asquith a Mejor música.
    1978: Oscar: Fotografía. Nominada a Música, Vestuario y Sonido.
    1978: 2 nominaciones al Globo de Oro: Mejor drama, Mejor director.
    1978: Premios David di Donatello: Mejor actor (Richard Gere) y guión extranjero
    1978: National Board of Review: Mejor película.
    1978: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor director.
    GÉNERO Drama | Vida rural (Norteamérica)
    Por Hernán Touzón
    Ambientada en los comienzos del siglo XX y sirviéndose de una trama relativamente simple, Days of Heaven se erige como un monumento cinematográfico del más alto nivel. Malick (Dirección), Almendros (Dirección de Fotografía) y Morricone (Música) nos entregan algunas de las imágenes (visuales y sonoras) más bellas de la historia del cine, imágenes que se fijan para siempre en la conciencia del espectador. Si la trama es "simple", los temas tratados son complejos. La película integra en un mismo universo lo efímero y lo duradero de la existencia, entremezclando imágenes de todo tipo y color (personas, animales, insectos, plantas, nubes, y un largo etcétera). Para Malick, el ser humano es igual de importante que su entorno. Según su visión, antes que "seres sociales", somos "seres" a secas, conectados estrechamente con la naturaleza, de la cuál nos servimos para obtener recursos y así subsistir. Days of Heaven es una obra atemporal, que se sirve de recursos técnicos majestuosos y una edición completamente libre y original para contar lo que todos sentimos pero nunca pudimos imaginar; sentimientos abstractos como "melancolía", "felicidad" o "tristeza" son liberados de su abstracción y expresados como significantes visuales y sonoros que perduran luego de que la historia llega a su fin.