• opiniones y comentarios de cine clásico y contemporáneo

    American Psycho (2000), de Mary Harron


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    (American Psycho, 2000, 101 min., Estados Unidos)
    DIRECTOR  Mary Harron
    GUIÓN  Mary Harron & Guinevere Turner (Novela: Bret Easton Ellis)
    MÚSICA  John Cale
    FOTOGRAFÍA  Andrzej Sekula
    REPARTO  Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto, Josh Lucas, Samantha Mathis, Matt Ross, William Sage (AKA Bill Sage), Chloë Sevigny, Cara Seymour, Guinevere Turner, Reese Witherspoon, Justin Theroux, Monika Meier
    PRODUCTORA  Lions Gate
    GÉNERO  Drama. Drama psicológico.
    Valoración: 5

    Sin demasiados ánimos para hablar de esta película, llena tanto de tics profesionales, bien actuada y bastante cerradita, entra en el molde exacto de lo que se puede esperar de una película yanqui sobre una historia de perversión. Bastaría con imaginárselo. La historia de American Psycho es la de Patrick Bateman: un asesino serial, que mata y descuartiza a sus víctimas, colegas o prostitutas, de diferentes formas, torturándolos o no, llegando a las prácticas caníbales en algunos casos, siempre sin motivos, de modo sistemático y con suma frialdad. Se desempeña como vicepresidente del departamento de fusiones y adquisiciones en la firma de inversión Pierce & Pierce, tiene veintisiete años y vive en un departamento del edificio American Gardens, escenario de sus crímenes.Proviene de una familia adinerada. Vive preocupado por su apariencia física, usa cremas y trajes caros y es fanático de la tecnología. Siente gran devoción por las marcas comerciales, los restaurantes de moda, las películas porno y la televisión.
    En un mundo moralmente plano en el que la ropa tiene más sentido que la piel, Patrick Bateman es un espécimen soberbiamente elaborado que cumple todos los requisitos de Master del Universo, desde el diseño de su vestuario hasta el de sus productos químicos. Es prácticamente perfecto, como casi todos en su mundo e intenta desesperadamente encajar en él. Cuando más intenta ser como cualquier otro hombre adinerado de Wall Street, más anónimo se vuelve y menos control tiene sobre sus terribles ideas y su insaciable sed de sangre, adentrándose en una vorágine en la que los objetos valen más que los huesos y el alma humana es algo que debe ser acosada con cuchillos, hachas y taladradoras.