
Rosetta
| 1999
| 1999
| 91 min.
| Bélgica
| DIRECTOR Jean-Pierre Dardenne , Luc Dardenne
| GUIÓN Jean-Pierre Dardenne & Luc Dardenne
| MÚSICA Varios
| FOTOGRAFÍA Alain Marcoen
| REPARTO Émilie Dequenne, Fabrizio Rongione, Olivier Gourmet, Anne Yernaux
| PRODUCTORA Coproducción Bélgica-Francia; Les Films du Fleuve / ARP
| 1999: Cannes: Palma de Oro, mejor actriz (Émilie Dequenne, ex-aequo con Séverine Caneele, por "L'humanité")
| GUIÓN Jean-Pierre Dardenne & Luc Dardenne
| MÚSICA Varios
| FOTOGRAFÍA Alain Marcoen
| REPARTO Émilie Dequenne, Fabrizio Rongione, Olivier Gourmet, Anne Yernaux
| PRODUCTORA Coproducción Bélgica-Francia; Les Films du Fleuve / ARP
| 1999: Cannes: Palma de Oro, mejor actriz (Émilie Dequenne, ex-aequo con Séverine Caneele, por "L'humanité")
Valoración: 8
Existen pocas figuras como la de los hermanos Dardenne que hayan despertado tanto interés en los circuitos de cine alternativo. Las primeras películas en llegar a nuestro país fueron El hijo y El niño (o, por lo menos, las primeras en proyectarse en los cines), cuando la consagración ya les había llegado por una producción anterior: Rosetta.
Podríamos describir a Rosetta (el personaje) como una jóven que se vio rápidamente enfrentada con el lado menos amable de su medio social: a los diesiciete años ha debido hacerce cargo de una madre alcoholica y promiscua, con quien vive en condiciones de pobreza en una casa rodante alojada en un descampado. Perseverante y combativa, Rosetta se ve continuamente afectada por los despidos injustificados de los trabajos que puede conseguir. El sistema de protección social también le da la espalda, dado que no la puede ayudar por no haber trabajado la suficiente cantidad de tiempo. Rosetta está en el juego, pero no para ser una pieza central, sino una ficha marginal y ambulante. Y, como es jugar o abandonar, Rosetta apuesta por la jugada más antipática.
En el plano más político, Rosetta evita la denuncia explícita y el panfleto social, pese a que en el fondo de su trama, en el centro, se ubica un discurso que busca desnudar la crueldad de un sistema económico y social en el que bajo una superficie de aparente prosperidad, justicia y solidaridad, se esconde el simple hecho de que cualquier sistema social se compone de seres humanos que cargan cada uno sus propias cruces y problemas, y en el que eliminados algunos vínculos básicos (fundamentalmente la familia y el trabajo), un personaje cualquiera se puede quedar fácilmente a la deriva y en la indefensión más devastadora. Rosetta se salva también del panfleto gracias a la compleja construcción del personaje central. Rosetta, al igual que Mouchette o la niña de Sátántangó, es un personaje que está lejos de ser una víctima inmaculada o inocente. Rosetta está llena de rencor, de rabia, de odio, y en vez de poner la otra mejilla hace mucho tiempo que se ha decidido también a dar sus golpes contra quienes se crucen en su camino. Rosetta es cruel, violenta e injusta, egoísta y amargada, pero eso, en vez de disminuir el peso de su tragedia lo amplifica, pues como espectador siempre sentiremos que un retrato de estas características será más fiel y menos maniqueo que un personaje sin fisuras, justo, honesto y leal, común en casi todas las películas que busca retratar las injusticias de un sistema social. [Fuente: Alejandro Fernandez Almendra, Revista de cine Mabuse]
Está claro que Rosseta quiere salirse de su destino, y en uno de los momentos en que consigue trabajo puede verse ella misma desde el otro lado, como una mujer sin ese sentimiento de exclusión, esta situación está plasmada en una escena que merecidamente ha dado que hablar:
Rosetta pertenece a una generación que desconoce la pertenencia al movimiento obrero y sus luchas sociales. Su percepción de sí es solitaria, atómica, desvinculada de una conciencia de clase. Una mónada sin historia, una existencia inmediata. Por eso, la aparición de un otro, un joven llamado Riquet, a quien conoce en el paso fugaz por un puesto de trabajo, le permite reconsiderar su identidad en otros términos. Debe ser una de las escenas más conmovedoras del cine contemporáneo: Rosetta, antes de dormir, repite su nombre en primera y tercera persona. Es un diálogo, un monólogo. Tiene un amigo, tiene un trabajo. No es más un fantasma ante el gran Otro. Es alguien para otro, ya no está sola, al menos por un tiempo. [Fuente: Con los ojos abiertos]
Algo que creo notar en las películas de los hermanos Dardenne, y que espero desarrollar con mayor profundidad en algún momento es la relación entre padre e hijo y un eleménto trágico en el medio. En El hijo el tema está presente (más trágico que nunca) con la pretérita muerte del descendiente de la pareja y la aparición de nueva figura que viene a remover el tema. En El niño, en la relación que tiene la pareja (sobre todo el padre) con el recién nacido.