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    Bailar en la oscuridad (2000)


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    BAILAR EN LA OSCURIDAD
    Dancer in the dark
    Tercera parte de la Trilogía del Corazón de Oro
    2000    
    140 min.
    Dinamarca
    DIRECTOR Lars Von Trier
    GUIÓN Lars Von Trier
    MÚSICA Björk
    FOTOGRAFÍA Robby Müller
    REPARTO    Björk, Catherine Deneuve, David Morse, Peter Stormare, Jean-Marc Barr, Joel Grey, Udo Kier, Vincent Paterson, Cara Seymour, Vladica Kostic, Siobhan Fallon, Zeljko Ivanek, Jens Albinus, Reathel Bean
    PRODUCTORA Fine Line Features / Zentropa Entertainments4 / Trust Film Svenka / Liberator Production / Film I Väst

    VALORACIÓN ********** (Nueve de diez)

    A la mierda los dogmas. Selma baila en sus fantasías. Selma (Björk), la chica cuasiciega y bailarina y cantante hábil, baila y canta en su imaginación mientras afuera se plantea cualquier otra cosa. Por eso Lars Von Trier abandona más de uno de sus preceptos clásicos y arma un musical, con lo poco que me gustan.

    Por ende, y en síntesis, destaco tres elementos: la nitidez del argumento, la crudeza de la historia y el displacer inconstante que interrumpe las escenas.
    Selma, emigrante checoslovaca amante de los viejos musicales americanos, es, también, madre de un hijo que padece una ceguera congénita pero de dable de salvar para su descendiente. Para ello debe trabajar más de la cuenta en una fábrica. Su enfermedad va progresando al punto de hacerle perder la vista definitivamente.
    Por otro lado, en la ciudad está hospedada en la casa de un policía y su mujer. Él —básicamente a causa de algún apuro económico— intenta apoderarse del dinero que Selma tenía ahorrado para la operación de la vista de su hijo. Ella (Selma) busca recuperarlo: tras un confuso accionar, en el que el policía le pide que la mate, termina muerto y con varias heridas. Selma logra pagar los dos mil dólares de la operación y es arrestada.
    Tras un juicio en el que es defendida por un fiscal asignado por el jurado, es condenada a muerte. Ella se resigna a cumplir la condena. Una amiga le consigue, a partir de un nuevo abogado, la posibilidad de que se revise la sentencia y se reabra el caso. El abogado cobra dos mil pesos de honorarios, el mismo valor que la operación del hijo de Selma. Se niega. Prefiere que se lleve adelante el veredicto pero que la visión de su hijo no corra riesgos.
    La ahorcan. Como el en decálogo de Kieslowsky o las películas sobre Capote. No es una imagen muy original, pero veo que se recurre seguido a ella, y que siempre resulta eficiente.